“Sherlock se levantó una mañana y supo que había resuelto el enigma. Salió disparado, sin desayunar ni lavarse la cara. No había tiempo que perder”. Así podría comenzar cualquier relato de Sherlock Holmes, el detective más internacional de todos los tiempos, concienzudo, intuitivo, original y poco ortodoxo. Toda una fuente de inspiración para escritores, cineastas y aficionados a una buena historia de intriga. Desde que en 1887 el escritor escocés, Sir Arthur Conan Doyle, le diera vida, pocos personajes han dado tantas versiones y posibilidades para crear historias nuevas en cuentos, dibujos, series de televisión, además de otros tantos personajes que se han inspirado en él.
Su especialidad, resolver casos difíciles y siempre desde la deducción, “elemental querido Watson” ha sido una de sus frases célebres, o eso se cree, porque no está muy claro si era suya o vino después… La gorra, la pipa, la capa y la lupa son su seña de identidad. Cierto es que ha habido otros personajes de índole similar, pero ninguno ha alcanzado la popularidad de este detective inglés.
Algo excéntrico, Sherlock tiene ciertos gustos y manías que lo hacen aún más único y atractivo como su afición por la apicultura al tiempo que toca un Stradivarius o practica el boxeo. La verdad es que ¡parece un hombre del renacimiento! Se le da muy bien la química y le encanta el teatro, afición que utiliza para disfrazarse e infiltrarse en los ambientes más difíciles. Sobre todo es un gran conocedor de la ciencia y de las grandes teorías y teoremas que en cuanto puede saca a la palestra para resolver lo imposible. Y como todo cuasi héroe que se precie tiene un enemigo que intenta acabar con él, el profesor James Moriarty. Pero lo más alucinante de Sherlock es que aún hay muchas cosas que no se saben de él, hay cosas de su vida que siguen siendo un misterio…Se me ocurre que si necesitáis ayuda quizá podáis hacerle una llamadita, ah, ¿pero que no es de verdad? Si lo parecía…
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