Un sábado por la mañana Hugo había bajado al parque de casa a jugar. Julia, su mamá, le miraba desde la ventana mientras cocinaba. No le gustaba mucho que saliera solo a la calle pero como se levantaba tan pronto…
-Anda mamá, déjame bajar un rato, sólo un ratito, le suplicaba. Quiero practicar nuevos saltos con mi monopatín. Y Julia no podía resistirse a esos ojitos ni a esos brazos implorantes. -Está bien, le dijo mientras se secaba las manos, si en 10 minutos no ha bajado nadie te subes. Para entonces ya habré acabado el pastel de zanahorias y pensamos en hacer algo divertido ¿de acuerdo? Pero no hubo tiempo para nada de eso…
Hugo tenía en mente ir a su pista de patinaje favorita y cuando dio la vuelta a la esquina se encontró de bruces con una sorpresa: ¡Un monopatín! Gritó Hugo. ¡Un monopatín nuevo, reluciente, de madera, con unos colores chulísimos! ¡Esto sí que es una suerte!¡ Me lo quedo! Total, dijo Hugo, ¡Si no es de nadie! Y ni corto ni perezoso se lo llevó.
Estaba tan ensimismado practicando saltos y giros con el monopatín súper molón, que no se enteró de que Miguel y Ernesto habían llegado. -¡Eh Hugo!, ¡vaya monopatín chulo te han regalado! Pero si todavía no ha sido tu cumple ¿no? -Yo, eh, bueno, no es mío exactamente…dijo Hugo algo aturdido.
-¿Cómo? Exclamaron los dos a la vez…Pues que me lo he encontrado en esa esquina, justo en la puerta de la Confitería de Laura, pero Quién Lo Encuentra se lo Guarda ¿no? Así son las cosas. 1+1 son 2 y Quien Lo Encuentra Se Lo Guarda.
Ernesto y Miguel se miraron perplejos. -Pero ¿qué estás diciendo Hugo? Ernesto fue el primero en hablar ¿Cómo puedes estar tan seguro de que no es nadie? -A mí eso de que Quien Lo Encuentra Se Lo Guarda, apuntó Miguel, no me queda muy claro…
Pero Hugo no estaba dispuesto a desprenderse del monopatín super molón tan rápidamente y sin hacerles mucho caso siguió practicando saltos y cabriolas en el aire. Mientras, a lo lejos, como una nube negra en el horizonte, vieron que se acercaba un chico algo mayor, algo alto, algo fuerte, demasiado fuerte dría yo y con cara de muy pocos amigos…A los 3 les entraron ganas de salir corriendo, pero ya era demasiado tarde.
CONTINUARÁ…
Y ahora a esperar a otro lunes , nooooooo